martes, 30 de noviembre de 2010

Mensaje de sus hijas, hijo, nieta y nietos


Gracias Papá por que no sólo nos diste la vida,
sino también porque nos enseñaste a vivirla.
Por no ser ese simple padre, sino ser compañero,
amigo, confidente.
Porque gracias a su cariño aprendimos el valor
del amor, todo lo que somos es gracias a usted, a
sus enseñanzas, paciencia y comprensión.

Gracias por enseñarnos que la vida es difícil,
que debemos enfrentarnos a duros obstáculos
y saber sobrepasarlos; por enseñarnos a caer y
 levantarnos, a golpearnos y llorar, pero nunca a
darnos por vencidos y sentirnos derrotados,
a tener sueños y combatir por ellos.

Gracias por empujarnos y conducir nuestro camino,
por no andarlo en vez de nosotros, sino llevarnos de
su mano y saber cuándo dejarnos;
por aconsejarnos, apoyarnos y cuidarnos.

Gracias por enseñarnos a amar nuestra patria y defenderla,
por combatir y ser consecuente en los ideales, 
a conjugar la palabra con el diario vivir,
a no ser personas de discursos sino de acciones.
Por habernos enseñado a vivir amando
al prójimo y hacer de ello una bandera de lucha, 
por cultivarnos los principios de justicia, libertad e igualdad, 
para hacer de éstos una práctica diaria en nuestro vivir.

Gracias por enseñarnos a no olvidar que la historia no se
borra y que todos los hijos e hijas de este pueblo deben
saber que por su Pulgarcito corren ríos de sangre ofrendada
por un futuro mejor, porque esta historia dejó cicatrices
personales en nuestra vida  marcó nuestra existencia.

Gracias por enseñarnos lo que es ser no sólo padre y madre,
sino abuelo y abuela, porque tuvo que vivirlo, intentarlo
y triunfó en ese esfuerzo.
               
Gracias Abuelo, por trabajar sin hablar,
por hacer la historia siendo un protagonista silencioso,
por enseñarnos el valor de las palabras, y que la lucha se
hace también con la mente y el corazón y que no basta
sólo con un puño alzado.
Por proteger los derechos, la cultura y el arte desde el conocimiento,
enseñando para después aplicar,
forjando seres humanos de verdad,
inspirando luchar por la Justicia Social.

Gracias por hacer volar nuestra imaginación,
por enseñarnos a ver más allá de nosotros, a compartir
nuestros sentimientos y a convertir la vida en una poesía que
sólo nosotros mismos podemos construir.  


Gracias Padre, Gracias Abuelo, porque somos ese pedacito de
su existencia,  que lo ama y admira,
y si, estamos aquí, luchando por un mejor futuro,
y ante cualquier obstáculo salimos adelante,
es simple y sencillamente porque lo hemos tenido a usted
como ejemplo fiel de una vida que lucha, se entrega y ama.
Gracias por ser ese amigo único que tenemos en la vida,
por ser todo lo maravilloso que puede
conjugarse en un solo ser: PAPÁ….

Papá, Abuelo… tenga por seguro que lo honraremos
continuando su lucha por una vida con
justicia, dignidad, amor y hermandad...

21 de Diciembre 2009.