miércoles, 12 de diciembre de 2012

Tres años. Tres días. Tres horas. Nada es igual desde su partida (Michele Herrera)


Extraño sus pasos silenciosos que atraviesan rápidamente el camino, su mirada serena y esa sonrisa que iluminaba el día. Verle sentado frente a la computadora, sin inmutarse apenas al ruido exterior, concentrado tecleando suavemente, creando personajes, dibujando sueños, contando historias, abstraido en el sonido de esa música que lo llenaba de vida y que era como un energizante que lo llevaba a escribir sin parar.

Extraño encontrarlo caminando con rumbo desconocido y que su risa nerviosa le delatara para dónde realmente sus pasos se dirigían, era divertido escucharlo inventarse mil y un cuentos y sorprenderlo. Extraño su mirada preocupada ante los obstáculos que la vida nos ponía, sus palabras fuertes y serias, ayudándonos siempre a buscar una salida en el camino, nunca, nunca, nunca, nos dejó a la deriva.

¿Se recuerda, cuando iba a nacer Michele Alejandra? jamás me sentí tan intranquila hasta q usted apareció, la preocupación no se aliviaba, pero usted ya estaba ahí conmigo y eso, era más que suficiente. Se recuerda nuestra última conversación? Sentados en la cama del hospital, platicando de todo lo que teníamos planeado hacer, de las nuevas aventuras y picardías de los niños, le conté alegre q había pasado áquel examen y usted todo orgulloso me decía "mañana me enseñás el diario, recortalo, guardá esas cosas ya te dije"(....) Lo recorté, sí, pero ya no pude enseñárselo y quedó ahí, en medio de todos esos otros recortes que cuentan que usted partió y en vez de abrazarme nuevamente, decidió caminar hacia el universo para reencontrarse con mi mami e Idefix.

A veces creo que me he quedado detenida en ese pasillo del hospital sobándole la cabeza y disfrutando de la broma que le hizo usted a los doctores, como siempre, no desaprovechaba oportunidad y gozó viéndolos preocupados por creer q se les había escapado. Siento a mi lado la presencia de Armando, nervioso y ansioso, sin querer demostrárselo, temblando los dos cuando entró a esa sala de operaciones de la que no pudimos verle nuevamente abrir los ojos. Era otro y nosotros queríamos al que dejamos horas atrás....

Tres años. Tres días. Tres horas. Nada es igual desde su partida. Y cada día duele como si fuera el momento en que el Doctor nos dijo que había problemas y nuestro mundo se comenzó a derrumbar. Todavía trato de caminar y lo hago a tientas , cuesta mucho aunque una tenga que andar por la vida sonriendo. Eso, es parte de lo que usted me enseñó. A ser fuerte, echarle ganas, no rendirme jamás. Papi, las horas pasan lento y estos días se vuelven a vivir, minuto a minuto. Lo extraño papá y sé que no sólo mirando al infinito lo voy a encontrar, a cada paso que dé, usted va conmigo, siempre, lo sé. Pero hoy, realmente, eso no me reconforta. Simplemente quisiera abrazarlo y decirle cuánto lo quiero. como lo hice tantas veces y usted se reía y me decía ajá, sí sí....


Tres años apenas... (Michele Herrera)

Tres años apenas y las líneas no alcanzan para escribir todo lo que usted significó no solo en la vida nuestra sino en la de todas las personas que le conocieron y que tocó con su alegría, su sonrisa, su trabajo, sus palabras, sus agendas cotidianas, su amor por la patria y su lucha constante cada día...Como dice ese estribillo, de los muertos que nunca mueren, su luz permanece viva, palpitando siempre, un abrazo a mi mami y cuideme a Idefix, que no se vaya mucho a vagabundear por las estrellas, vaya a ser que se pierda otra vez.....Se le extraña mucho, cada día, cada momento, cada instante, siempre.